Pasando de la nostalgia y los suspiros profundos de la estación la montaña que en vista de este volver en el tiempo con la frente marchita y la nieve de los años blanqueando mi sien, esta pensando en descorchar otra de aguardiente, pasemos a temas un poco mas frívolos.
Oncemetros tenía la particularidad de cambiar de escenario fácilmente. Yo lo compararía con un teatro que cambia de decoración con el tiempo y por supuesto con los personajes que lo utilizan. Recuerdo que la última vez que entre en frecuencia, me había ausentado tanto que desconocía la decoración y me perdí en medio de unos personajes en escena que ya no me movían como antes.
Pero porque hablar del divorcio con los oncemetros. Las necesidades reales que poco a poco van hipotecando tu vida y la resume a la mínima expresión para ese tiempo con el ocio, del cual los oncemetros era el escenario ideal.
Mejor hablar de la luna de miel con los oncemetros, de los tiempos en que la frecuencia era un cuento de hadas con princesas, príncipes, ogros, una interminable corte de aves de color oscuro también llamada gallinazos y por supuesto un rey y una reina, que para esta ocasión, o para ese momento de la vida estaban definidos casi por unanimidad.
Había una vez una hermosa princesa, la más hermosa de la frecuencia, más hermosa aun que aquellas que tenían como qrz adjetivos cercanos a la perfección como linda, bomboncita, etc.
La hermosa princesa había sido condenada a vivir en una torre, Realmente eran varias torres, mas precisamente las torres de Bombona. Su único contacto con el mundo lo representaba un equipo cobra de 40 canales con el que se comunicaba con el mundo.
La leyenda decía que el príncipe que lograra descifrar el qth de la princesa, rescatarla de las garras de la horda de oncemetristas que la asechábamos cautivados por esa voz que era mas dulce que de las sirenas seria nombrado rey de los oncemetros en Medellín y por supuesto ella, la hermosa princesa cortinita seria de una vez por todas la reina.
Pero franquear y sacar del paso los no poquitos contrincantes no era la única tarea a seguir. El postulante galán tenía que descifrar el acertijo de su verdadero nombre. Para todos era la princesa Sandra cortinita. Pero realmente su qrz era una cortinita de su verdadera identidad.
Muchos sucumbieron en el intento. Se quemaron las pestañas buscando en el directorio telefónico pistas de su paradero. Llamaron al programa los niños buscan su hogar de bienestar familiar. Los rumores hablaban que la hermosa princesa que tenia encantados a todos los radioaficionados de sexo masculino de la ciudad de Medellín apenas estaba en la pre-adolescencia. Si esto esta cierto o no, nunca lo supimos. Lo cierto es que precoz o no, sus técnicas de seducción eran infalibles. Y lograba permanecer en varias ruedas y canales a la vez siguiendo el hilo de varios delirios amorosos, adelantándose a la era Messenger en la que las conversaciones simultaneas son cosa habitual.
Yo fui victima de uno de esos maquiavélicos juegos. En los oncemetros existían como en toda sociedad capitalista de consumo las detestables clases sociales. Pero no crean que esta estratificación la determinaba su situación geográfica en la ciudad. Recuerden que estábamos en un mundo imaginario. Acá la diferencia la hacían la tecnología de los equipos. Yo por ejemplo era un plebeyo que solo tenia 23 canales. Había una clase media que tenia hasta 40 canales. Y por ultimo una clase alta que se beneficiaba de los pisos bajos y por supuesto de los pisos altos para tener la absoluta exclusividad y la casi plena intimidad.
Pero volviendo a mi frustrado intento por conquistar a cortinita, fue muchos años después, cuando al fin pude pasar a la clase media de los 40 canales que la descubrí con otros galanes en su habitual juego de seducción. Todo parecía estar ahora controlado. Ahora podía curullar y vigilar los movimientos de cortinita del canal 24 al 40. Con lo que no contaba es que galanes mas aventajados ya le habían proporcionado la tecnología para ir a los pisos bajos y altos y ahí si cortinita salio de control y ni los radares mas sofisticados pudieron monitorearla.
La princesa cortinita buscaba en los 11 mts ese príncipe de conversaciones amenas, sentido del humor, comentarios galantes, inteligencia, sentido de seguridad y protección. Cosas que el 99% de los jóvenes de esa época no teníamos ni en las curvas. Ante estas carencias vale la pena recordar la maléfica pero brillante estrategia de uno de los galanes mas reconocidos por aquellos días. Un hombre que había agotado en vano todo su repertorio para cautivar el corazón de cortinita. Se trataba de melcocha para el cual cortinita se le había vuelto prácticamente una obsesión. Desesperado sin el amor de cortinita, melcocha decidió buscar los servicios de un ogro maduro que tuviera las cualidades antes mencionadas, lograría descifrar el qth y la verdadera identidad de la princesa y de una vez por todas rescatarla sin necesidad de acuerdo humanitario.
Para eso recurrió al tipo más encantador de los 11 mts. La voz más calida que frecuencia alguna había experimentado. Una verdadera cajita de música. Un personaje con un sentido del humor a toda prueba. Cualquiera podría pensar que era el hombre perfecto. El problema es que era mas feo que un ogro y para completar le llevaba algunas décadas de diferencia a la princesa. El colega en mención no era nada mas ni nada menos que Caribe. Un tipo curtido en la frecuencia que logro encantar a la encantadora. El juego limpio de Caribe era un poco relativo. Tenemos que ser fieles a la realidad y anotar que este experimentado galán se apoyaba en algunas oportunidades de una pócima mágica made in FLA. Las propiedades etílicas multiplicaban su ya natural talento y los resultados fueron mas que satisfactorios.
El hecho cierto es que Caribe logró descifrar el enigma de cortinita, algo mas buscado que la formula de la coca-cola y soplarle la información a melcocha que con estas ayudas extra-deportivas logro sacarnos del paso a mi y a una fila interminable de galanes dentro de los que se encontraban don Juan aparecido, Sergio cachilapo, Hugo la 70s, en fin una pila de nunca acabar. Todos batallando sin cuartel por el amor de cortinita, quedarse con ella para siempre y por añadidura convertirse en el rey de los once metros.
Pero todos sabemos que el fondo los verdaderos reyes de la frecuencia eran Gonzalo caribe, hablándolo muy en serio, entrañable personaje que después de tantos años recuerdo como el alma de los oncemetros y por supuesto la princesa y el amor imposible e inalcanzable de Sandra cortinita la reina en este cuento de hadas de once metros de longitud.
Adenda:
El significado real del qrz cortinita se remonta según estudios arqueológicos de la cultura oncemetrista a una curiosa practica de la mencionada estación. Con el ánimo de embolatar al enemigo y de paso reírse un buen rato, la susodicha engatusaba a nosotros los incautos y candidos galanes de la época dandondonos la valiosa información de su qth. Las palabras eran mas o menos las siguientes. Vivo en el piso 12 de las torres de bombona, justo encima de donde sacan las cedulas. Te voy a bolear un pañuelito desde lo alto y te haré la señal para que subas. Lo que no sospechábamos los esperanzados candidatos a príncipe de esos días es que Sandra cortinita vivía justo al frente de las torres de bombona. Que se escondía en una estratégica ventana tras unas cortinitas, de ahí el qrz, donde disfrutaba y se carcajeaba con su hermana y su mama viendo a los pobres colegas que se paseaban por la acera mirando como unos estupidos toda la tarde hacia los pisos superiores de la imponente edificación con una cara de frustración y ante la mirada extrañada de los transeúntes
