miércoles, 18 de junio de 2008

ONCEMETROS DE MELCOCHAS Y AMIGOS


El objetivo en los once metros era establecer contactos con otras personas, intercambiar ideas, encontrar ideales y preferencias similares y porque no construir una amistad.

Ahora se puede intentar hacer lo mismo en Internet, incluso con mayores alcances, encontrando personas el otro lado del mundo. Paradójicamente el mundo crece en herramientas para comunicarse pero nosotros los seres humanos estamos cada vez mas aislados. Como dice Fito Paez: en un mundo donde nadie escucha a nadie, en un mundo donde todo es contra todos, tendré que declararme un inocente o tendré que ser abyecto y desalmado. La gran cultura individualista norteamericana por fin se impuso y poco nos importa los demás, solo son instrumentos para nuestro ascenso personal.

Cortinita dice que difícilmente se pueden encontrar valores de amistad y respeto en el mundo actual. Pulga escribía algo que nos hace pensar sobre las amistades de facebook, las enormes listas de amigos que se muestran como un trofeo, cantidad mas no calidad y el verdadero interés que nos motiva de hablar con esos que llamamos amigos.

De la noche a la mañana tu lista de contactos Messenger es una larga columna de nombres que muchas veces no sabes o no recuerdas de donde salieron.
Si vas al correo encuentras la interminable lista de fowards, mensajes re-enviados que resultan ser la formula perfecta y facilista de mantener un contacto. Raras son las cartas, no tenemos tiempo de leerlas, menos de escribirlas, es mejor hojear como una revista de farándula las fotos en facebook. El lenguaje es visual e inmediato.

Creo y espero estar equivocado que en 20 anos las actuales generaciones poco o nada recuerden sobre las personas que conocieron por Internet. Once metros parece haber tenido el espiritu del que carece hoy el mundo virtual. Los recuerdos de hechos y personas de aquella época siguen fuertes e indelebles en el tiempo.

En este aislamiento del emigrante conseguí una inscripción por Internet para ver el canal caracol y mantener vivo el cordón umbilical con mi país. Las paginas ya ajadas del informativo radio ondas retroceden la película y los recuerdos cobran vida. Se me viene a la memoria tal vez mi primer amigo en oncemetros: Andrés Melcocha. Recuerdo que había impreso unas tarjetas personales para enviar a sus contactos en el exterior y porque no a sus amigos y amigas en Medellín. Eran 2 manos que se unían muy al estilo del celebre cuadro de Miguel Ángel. En una mano estaba escrito su nombre: Andrés Melcocha, al otro lado ese amigo o amiga lejana que quizás jamás conocería. Melcocha la tenia clara en esos días. Quizás era muy pretencioso al pensar que con todo el mundo se podría hacer amistad. Bueno, tenía el espíritu del vendedor, quizás el más grande del mundo de magdino. Yo me distancie mucho de Melcocha. Tenia el pésimo habito de aburrirme de la gente sobretodo con pocas cosas en común. Pero como no recordar su qth en Rosales muy cerca a la 30. Hoy en día ese barrio residencial paso a ser una movida zona comercial. Me gustaba ir a perder las tardes modulando de su poderoso equipo cobra que con una antena 3 elementos hacia de los esquivos dx un juego de niños. La estación melcocha era un recinto muy agradable, vista sobre el aun visible cerro nutibara y una ventana que podía ser abierta sin miedo a la contaminación. Al lado del radio una grabadora silver con bombillitas rojos que era lo máximo en sonido en esa época de cassetes y música de peluquería.

Me cuenta una colega de esas que resucitaron del diluvio de 20 anos de ausencia de los oncemetros que Melcocha de esa tarjeta que le enviara a sombrerito para sembrar una amistad, pelecho una relación que trascendió en el tiempo. Oncemetros para Melcocha y sombrerito trajo cambios en sus vidas y en el ser que trajeron al mundo.

Para unos y para otros en mayor o menor medida la historia hubiera sido diferente sin los oncemetros.

2 comentarios:

danubio dijo...

De acuerdo, los once metros si fueron una etapa muy importante para muchos de nosotros, fué un medio de comunicación muy personal y afectivo, al punto que propició muchos matrimonios y amistades duraderas, sería muy interesante recordar cuantas uniones se realizaron entre oncemetristas, estilo: Alberto 175 y La morenita, Polen y Rala etc.

Andres Melcocha dijo...

Saludos Daniel mercury, un inagotable de la musica y de la creatividad... quien alguna vez cantaba: Sonriendo... viene andres, por las calles de laureles a dubi, dubi, dubi dubi dubi du... y que le dije cuando inicio estudios de arquitectura que si se iba a especializar en techos... y me responde que si yo me iba a especializar en zocalos... ja, ja... amigo daniel, un abrazo en la distancia, con los saludos de olga sombrerito, hermana de roberto betamax, hoy mi esposa y mnadre de sarita... abr4azos para tu familia en canada... visita www.andresjaramillo.com.co